lunes, 22 de febrero de 2010

Ulises entre nosotros

“Porque nada llega a ser más dulce que la propia tierra de uno y de sus padres, por muy rica que sea la casa donde uno habita en tierra extranjera y lejos de los suyos”.

La Odisea Canto IX

EL DUELO MIGRATORIO

La migración no es un fenómeno nuevo sino tan antiguo como el hombre mismo.
La migración supone un cambio vital que da lugar a ciertos beneficios, pero que también implica un esfuerzo de adaptación para el que no todos los inmigrantes están preparados. La migración comporta una situación de pérdidas psicológicas y sociales que desencadenan procesos de duelo (del latín dolus, que significa dolor, lástima, aflicción). Integrar las pérdidas requiere un proceso de reorganización interna.
Este duelo migratorio puede resultar "simple", es el menos común y aparece cuando la migración se realiza en buenas condiciones para la persona; éste se encuentra con un entorno que lo acoge y le facilita la inclusión y el desarrollo del proyecto migratorio (encontrar trabajo, vivienda, red social...). El otro tipo, el más frecuente, es el "duelo complicado" donde la conjunción de circunstancias sociales y personales dificulta la elaboración de las pérdidas. Este último tipo de duelo es el que puede poner en peligro la salud mental de la persona desplazada, pudiendo llegar a desarrollar el llamado "Síndrome de Ulises".

Ulises (versión en latín de Odiseo) es un héroe mitológico que pasó muchos años lejos de su tierra natal, Ítaca. Cuando partió dejó atrás a su familia, pasó por muchas peripecias y añoraba volver a su tierra pero no le era posible. Por esta razón, los procesos psicológicos que sufren los inmigrantes se conocen como Síndrome de Ulises, duelo migratorio o Síndrome del Emigrante, un trastorno mental cada vez más frecuente debido a las a veces duras condiciones migratorias.

¿Qué es este síndrome?
El síndrome de Ulises es un síndrome de naturaleza psicológica que se caracteriza por un estrés crónico que viene asociado a la problemática de los emigrantes al afincarse en una nueva residencia.
El estrés constituye todo un desequilibrio entre las demandas ambientales y las capacidades de respuesta del sujeto y el duelo implica toda una reorganización de la personalidad cuando se pierde algo significativo; podría decirse que el duelo es un estrés prolongado e intenso.
Su nombre se debe al doctor Joseba Atxotegui, médico psiquiatra del SAPPIR (Servicio de Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados), que fundó y dirige en el Hospital Sant Pere Claver de Barcelona, quien fundamentalmente lo refirió a los que emigran en condiciones extremas.
Si bien los inmigrantes ilegales o quienes corren el peligro de llegar a serlo son las principales víctimas del síndrome, también los desplazados internos de un país presentan síntomas similares debido al gran cambio que se ha operado en sus vidas.

¿Cómo se manifiesta?
Los síntomas que padecen los afectados por el Síndrome de Ulises son de tipo ansioso-depresivo: ansiedad, irritabilidad, miedo, confusión, preocupación, tristeza, llanto, sentimiento de culpa, desajustes fisiológicos, etc.
El síndrome de Ulises se relaciona con cuatro factores:
Soledad. Muchas veces no han podido traer a la familia o a todos sus miembros porque primero deben lograr estabilidad económica. El hecho de que sus familiares más cercanos, se hayan quedado en el país de origen produce una nostalgia difícil de superar, especialmente en el caso de las mujeres en relación a sus hijos, o culpa por no haber estado presentes en el momento de la muerte de sus padres.
Sentimiento del fracaso. Ligado a la situación de no poder conseguir trabajo o ejercerlo en situaciones de precariedad o explotación. Sienten que no pueden mejorar su situación, lo que les causa sentimientos de impotencia y frustración.
Sentimiento de lucha por la supervivencia. Su preocupación principal es el alojamiento y la comida cotidianos. En general, los inmigrantes se alimentan mal porque envían casi todo el poco dinero que consigue a sus familiares, allá en su país de origen, cosa que, a su vez, da cuenta de su generosidad y de la calidad de sus vínculos. También se abusa de los inmigrantes al alquilarles viviendas a precios exorbitantes y con grandes condiciones de hacinamiento, lo que se convierte en otra fuente de estrés y de tensión.
Sentimiento de miedo. Muchas veces los inmigrantes están vinculados a mafias. Además está el miedo a la detención y la expulsión del país de los indocumentados. Cuando se vive escondido y en el trabajo clandestino se habla poco. Además está el miedo a los robos, a las agresiones, a la policía, a los xenófobos.

La canción Errante Diamante, del grupo Aterciopelados, describe el sufrimiento de miles de colombianos obligados a abandonar sus hogares y a emigrar a las ciudades en condiciones lamentables, empujados por la guerra y la miseria en un desplazamiento forzozo.



Etapas
Las etapas del duelo migratorio son:
Luna de miel: en muchas ocasiones, antes de la partida el emigrante suele idealizar (o le idealizan) el destino. Pero al llegar no todo es como se imaginaba.
Etapa depresiva: cuando las expectativas no se cumplen son fuente de frustración, desánimo y resentimiento.
Etapa de adaptación: supone, entre otras cosas, desprenderse de ciertos usos del país de origen y aceptar otros.
Etapa de "rechazo de la cultura original": es menos frecuente, pero cuando se observa, implica un empobrecimiento personal, pues se desvalorizan partes importantes de la conformación de la personalidad, como si realmente una persona hubiera nacido en el momento de emigrar.

Características
Respecto a todos los procesos de estrés y duelo migratorio existen una serie de características que son comunes a todos ellos:
1. Es un duelo parcial, recurrente y múltiple.
a) Parcial, en tanto que el "objeto" de la pérdida no desaparece como tal y para siempre y, eventualmente, podría “reencontrarse”, recuperarse. Las pérdidas de la inmigración no son tan claras, completas o irrevocables. Según P. Boss), se trataría de una "pérdida ambigua".
b) Recurrente, con gran facilidad para reactivarse porque el contacto telefónico, Internet, los viajes esporádicos, la visita de familiares o connacionales, etc. dificultan el proceso de elaboración del mismo.
c) Múltiple, porque son varios duelos: por la separación de familiares y amigos, la lengua materna, la cultura, la tierra, el nivel social, la pérdida de contacto con el grupo étnico y la pérdida de la seguridad física. A esto hay que agregar el duelo por la pérdida del proyecto migratorio: el no poder llegar a conseguir los objetivos por los cuales emprendieron el viaje es un factor desestabilizador, a la vez que estresante y que llena de culpas y el duelo por no poder regresar: el sentimiento y el deseo de volver siempre está, no se abandona nunca. La visita momentánea no siempre satisface el deseo de volver y en algunos casos ese reencuentro y la nueva marcha se vive como otra verdadera pérdida, y un reinicio del duelo. Muchas veces no se da nunca la posibilidad del regreso definitivo.
2. Se vive en una continua ambivalencia. El inmigrante vive o sobrevive entre la adhesión y la resistencia hacia el país de acogida. Asimismo, es frecuente que idealice al país de origen o bien sienta rabia por haber tenido que marchar, por no ofrecerle las condiciones necesarias para su supervivencia. La ambivalencia entre el origen y el destino puede ser continua y terminan sintiéndose mal en todas partes.
3. El duelo migratorio conlleva regresiones psicológicas. La regresión es el mecanismo generado por el bloqueo que supone afrontar situaciones complejas para las cuales el individuo no tiene respuestas ni recursos. Las conductas regresivas expresan una búsqueda de apoyo y ayuda. Las más frecuentes son: conductas de dependencia y comportamiento sumiso y conductas de queja y protesta infantil ante situaciones de frustración y dolor. Es frecuente que esta queja y protesta se dirija a quienes mejor tratan al inmigrante, lo cual es muy desconcertante. La queja se manifiesta allá donde puede ser contenida. Estas regresiones no se deben confundir con incapacidad o debilidad, sino como reacción a una fuerte presión, tensión y estrés ambiental.
4. Es transgeneracional. La pérdida ambigua como la nostalgia por los seres queridos se transforma en una parte central de "la cultura familiar". El duelo de los hijos es aún más complejo por cuanto experimentan la “ausencia-presencia” de seres que quedaron en la patria de origen de sus padres, que tal vez ni siquiera conocen. Muchos hijos de inmigrantes tienen la sensación de estar atrapados en un callejón sin salida: han nacido o se han criado en el país de acogida pero han interiorizado fuertemente la cultura de los padres del país de origen. No se sienten completamente ni de aquí, ni de allí. La inclusión no es completa en el país de acogida, sin embargo, tampoco lo es en el país de origen. Cuando viajan a ver a la familia extensa, sienten que no son como el resto de familiares, ni tampoco como los nativos del país de acogida. Otro factor importante es la transmisión generacional de los estilos de afrontamiento, las conductas y mecanismos de defensa ante el duelo.

Después de la elaboración de los duelos, si ésta ha sido adecuada, se produce un crecimiento y desarrollo, una evolución de la personas. La elaboración, aun de las peores pérdidas, supone un paso hacia el futuro y una mejora de la persona. La elaboración del duelo migratorio conlleva, pues, la integración de la nueva situación, integrar el país de acogida con sus normas, ritos, costumbres; sentirse parte de éste, pero no por ello olvidar el país de origen, al contrario, incorporar su recuerdo en la vida diaria conciliando ambas vivencias.

La escuela ante el duelo migratorio
Conocer los síntomas y características de este síndrome puede ayudarnos a comprender mejor el comportamiento o actitudes que puedan mantener algunos de nuestros alumnos en el aula. En estos niños hay una condición que dificulta y condiciona el desarrollo curricular y del aprendizaje, que es la cuestión afectiva. La adaptación a un nuevo entorno nunca es una tarea fácil.
Los escolares inmigrantes están más expuestos a dificultades en las relaciones interpersonales por sufrir en mayor cuantía el aislamiento y la ausencia de vínculos, la extrañeza por los múltiples cambios y el estrés por las exigencias de acelerado acomodo, etc.
Además de la sensibilización respecto del duelo migratorio, ya que éste no sólo afecta a la psique del individuo sino a la dimensión sociofamiliar del mismo, la escuela debe contar con la necesaria preparación en materia de interculturalidad.

Extratado de:
http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2003/11/26/91671.php?page=2
http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologia-132-2-el-duelo-migratorio.html

No hay comentarios: