jueves, 16 de julio de 2009

Si esperamos que algo pase, pasará

LA FUERZA DE LAS EXPECTATIVAS O EL EFECTO PIGMALION

Según la mitología griega, Pigmalión, antiguo rey de Chipre, tomó un bloque de piedra y comenzó a esculpir la estatua de una mujer. Mientras más tiempo le dedicaba a la estatua, más se enamoraba de ella y al final creyó que era más hermosa que todas las mujeres de la tierra, por lo que pidió a la diosa Venus que le infundiera vida. Lo solicitó con tanto anhelo y pasión que le fue concedido, haciendo realidad su ideal.
Figurativamente, se le llama Efecto Pigmalión al hecho de que las expectativas que tenemos sobre las personas, las cosas y las situaciones, tienden a realizarse.


http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/313249.el-efecto-pigmalion-en-educacion.html

William I. Thomas, sociólogo norteamericano, afirmaba un teorema básico para las ciencias sociales: “Si los individuos definen las situaciones como reales, son reales sus consecuencias.”

Robert Rosenthal y Leonor Jacobson en 1968, en Nueva York, bajo el título Pigmalion en el aula, investigaron en el ámbito educativo el concepto de profecía autocumplida enunciado por Robert K. Merton.





En este experimento y otros posteriores se pueden analizar 4 factores que los docentes emplean con los niños hacia los que tienen mejores expectativas:

1. Clima: tienden a crear un clima más cálido alrededor de los niños de los que se espera más.
2. Impulso: los docentes enseñan más a los alumnos con mejores expectativas.
3. Oportunidad de respuesta: los niños tienen más oportunidad de responder si el docente espera algo de ellos.
4. Feed-back (retroalimentación): cuánto más se espera de un niño más se le refuerza positivamente para conseguir un buen resultado.

Las expectativas que cada docente genera respecto al desempeño de sus alumnos, tanto sean positivas como negativas, cobrarán vida, como Galatea.

Algo muy grave va a sucederle a este pueblo…


Imagínese un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de diecisiete y una hija de catorce. Está sirviéndoles el desayuno a sus hijos y se le advierte una expresión muy preocupada. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella responde: "No sé. Pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo".

El hijo se va a jugar al billar y, en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el adversario le dice: "Te apuesto un peso a que no la haces". Todos se ríen; él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y le preguntan: "Pero qué pasó, si era una carambola sencilla". Contesta: "Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi mamá esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo".

Todos se ríen de él y el que se ha ganado el peso regresa a su casa, donde está su mamá o una nieta o, en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice: "Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto".¿Y por qué es un tonto? Dice: "Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado por la idea de que su mamá amaneció hoy con la certeza de que algo muy grave iba a suceder en este pueblo". Entonces le dice su madre: "No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen".

La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella dice al carnicero: "Véndame una libra de carne"; y, en el momento en que se la están cortando, agrega: "Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado". El carnicero despacha su carne y, cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice: "Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y andan comprando cosas". Entonces, la vieja responde: "Tengo varios hijos. Mire, mejor déme cuatro libras". Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y, de pronto a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice: "¿Se ha dado cuenta el calor que está haciendo?"
"Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor." (Tanto calor que es el pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque, si tocaban al sol, se les caían los pedazos.) "Sin embargo, dice uno, nunca a esta hora ha hecho tanto calor." Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor." "Sí, pero no tanto calor como ahora". Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: "Hay un pajarito en la plaza". Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito. "Pero, señores, siempre ha habido pajaritos que bajan." "Sí, pero nunca a esta hora."


Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo. "Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy." Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo, Hasta el momento en que dicen: "Si éste se atreve a irse, pues nosotros también nos vamos", y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: "Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa", y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando: "Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca".
Gabriel García Márquez (cuento inédito)

Según Robert K. Merton, en la profecía autocumplida o profecía que se cumple a sí misma podemos observar los siguientes elementos:

1.- Una definición falsa de la situación, la cual suscita una nueva conducta.
2.- La nueva conducta que convierte en verdadero el concepto originariamente falso.
3.- El cumplimiento de la profecía que perpetúa el error, pues el profeta citará el curso de los acontecimientos prueba de que tenía razón.

Dice Merton que sólo si se abandona la inicial tesis falsa puede romperse la consecuencia trágica de la profecía que se cumple a sí misma.

Por otra parte, dada una profecía, si la persona se esfuerza para evitar que se cumpla y lo logra, se llama
profecía autofrustrada.

viernes, 10 de julio de 2009

No puedo y nunca podré

LA IMPORTANCIA DE LAS EXPERIENCIAS

El aprendizaje y desarrollo de las personas están directamente relacionados con las experiencias, sobre todo las tempranas.




Continuando con el cuento…

"Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE.
El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez.
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos demasiado a menudo pensando que “no podemos”, simplemente porque una vez, hace tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. Grabamos entonces en nuestra memoria, como el elefante, un claro mensaje: “no puedo, no puedo y nunca podré”.
Crecemos llevando este mensaje impuesto a nosotros mismos y nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca. Y cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos: “no puedo y nunca podré".

Jorge Bucay, Recuentos para Demián, 1994


El elefante de este cuento no confiaba en su capacidad para vencer los obstáculos porque siendo pequeño tuvo experiencias que así se lo demostraron y generaron una baja autoestima. Muchas veces los contextos más significativos durante la infancia, como son la familia y la escuela, no se constituyen en espacios de protección y desarrollo adecuados para la subjetividad del niño.

Las llamadas "experiencias paralizantes" son aquellas que bloquean el desarrollo. Ej.: un padre irritado grita a su hijo que golpea una cacerola, que deje de hacer ruido, cuando la fantasía del niño lo hacía “tocar la batería en una banda de rock"; o un mal maestro que descalifica a un alumno con un juicio lapidario sobre su tarea.

La expresión valorativa de las figuras significativas (padres, docentes, etc.) es dramáticamente poderosa en la mente en formación de un niño. Continuamente recibe, en forma expresa o tácita, información sobre la manera en que los demás lo ven. En base a esta retroalimentación (o feedback) que le producen, sea de agrado o sea de disgusto, tenderá a repetir su actuación o a inhibirla. Pero también se pueden producir reacciones más extremas, por lo cual directamente decida no afrontar la situación y escapar de ella.

El solo hecho de no lograr algo puede convertirse en una experiencia paralizante para los niños, sin la necesidad de la desaprobación de un adulto significativo. Las experiencias de este tipo están llenas de emociones negativas, capaces de frenar el normal desarrollo. Sensaciones de miedo, vergüenza, culpa, odio, impiden crecer intelectual y afectivamente. Es probable entonces que luego el niño decida no repetir su conducta porque está convencido de que "no sabe hacerlo", conformando una profecía autocumplida.


Por el contrario, las llamadas “experiencias cristalizantes” son aquellas que infunden confianza en el niño de que logrará culminar con éxito una determinada tarea, favorecen la autoestima y, por ello, se convierten en fundamentales para el desarrollo del talento y de las habilidades en las personas.

Para pensar
¿Cuántos "No puedo y nunca podré" hay en los alumnos con "problemas de aprendizaje"? ¿Cómo la escuela puede constituirse en espacio de protección y desarrollo adecuados para la subjetividad del alumno?

jueves, 9 de julio de 2009

El zoquete


El diccionario de la Real Academia Española define el término zoquete, en su acepción coloquial, como "persona que tarda en comprender". Un zoquete quiere, pero no puede. Sencillamente, no es capaz. Es torpe de nacimiento y, por consiguiente, puesto que zoquete nació, zoquete seguirá siendo. Lo más terrible del término es la irremediabilidad, el carácter definitivo de la condena genética, el falso determinismo biológico que encierra. Cuando se considera zoquete a un alumno en la escuela se dice de él que no puede llegar a nada en la vida. Qué cruel error. Lo malo de que los profesores consideren zoquete a un alumno es que él mismo acabe creyéndose que lo es.

Me preocupan los alumnos y las alumnas que fracasan en la escuela. Especialmente aquellos que, aunque se esfuerzan, no pueden comprender lo que otros captan con facilidad y rapidez.
- ¿No lo entiendes?
- No, señor.
- Es que eres un zoquete.
- Sí, señor"

Yo era un zoquete solemne", dice reiteradamente Daniel Pennac en la hermosa obra que acaba de publicar con el título 'Mal de escuela'. "Es un libro, dice, sobre el zoquete. Sobre el dolor de no comprender y sus efectos colaterales". Pennachioni (ese es su apellido completo) es un famoso novelista francés, muy conocido entre nosotros por su obra 'Como una novela'. 'Mal de escuela', en el título original 'Chagrin d´École', es un libro apasionante, bellamente escrito y traducido al español con exquisitez literaria.

A través de la cuidada pluma del autor nos adentramos en el corazón de un escolar fracasado. Dice de sí mismo: "Me bastaba entrar en el aula para salir de ella. Como uno de esos rayos que caen de los platillos volantes, me parecía que la mirada vertical del maestro me arrancaba de la silla y me proyectaba instantáneamente a otra parte". Y añade: "En todo caso, el miedo fue el gran tema de mi escolaridad: su cerrojo. Y la urgencia del profesor en que me convertí fue curar el miedo de mis peores alumnos para hacer saltar ese cerrojo, para que el saber tuviera una posibilidad de pasar".

Gracias al conocido novelista podemos saber qué es lo que siente un alumno condenado a la desesperanza del fracaso: "El odio y la necesidad de afecto habían hecho presa en mí desde mis primeros fracasos. Se trataba de domesticar el ogro escolar. Hacer cualquier cosa para que no me devorara el corazón".

El libro está escrito desde dentro, desde el amor a la escuela y a profesión docente, que el autor ha ejercido durante muchos años en Francia como profesor de Literatura en Secundaria. El fue un zoquete redimido por tres o cuatro profesores a los que cita con veneración, con respeto y con ternura. Ellos le sacaron del pozo. "Aquellos tres profesores sólo tenían un punto en común: jamás soltaban a su presa". De uno de ellos cuenta: "Cada vez que suspendía mi examen de bachillerato, me invitaba a un restaurante excelente para convencerme, una vez más, de que cada cual va a su ritmo y que yo, sencillamente, llevaba retraso en el florecimiento".

Me pregunto por los zoquetes que han sido etiquetados por la escuela y que no han podido desprenderse de ese estigma. El autor dice que su madre, a pesar de sus muchos años como docente de Secundaria y como novelista de éxito internacional todavía le pregunta a su hermano Bernard:
- ¿Tú crees que lo logrará algún día?

Comparto muchas ideas del autor. Me he emocionado con muchas de sus experiencias. Ojalá que todos los profesores y profesoras compartiesen con los lectores todo lo emocionante que les ha brindado la profesión. Sería una fuente extraordinaria de estímulos y de ideas. Comparto, por ejemplo, su valoración del amor como fuente de inspiración y de éxito. Véase, como botón de muestra, este sustancioso diálogo:
- "No son métodos lo que falta, sólo habláis de métodos. Os pasáis todo el tiempo refugiándoos en los métodos cuando, en el fondo de vosotros mismos, sabéis muy bien que el método no basta. Le falta Algo.
- ¿Qué le falta?

- No puedo decirlo.
- ¿Por qué?
- Porque es una palabrota.
- ¿Peor que "empatía"?
- Sin comparación posible. Una palabra que no puedes ni siquiera pronunciar en una escuela, un instituto, una facultad o cualquier lugar semejante.
- ¿A saber?
- No, de verdad, no puedo...
- ¡Vamos, dilo!
- Te digo que no puedo. Si sueltas esa palabra hablando de instrucción, te linchan, seguro.
- ...
- El amor".

Autor
Miguel Angel Santos Guerra

Artículo original
http://blog.laopiniondemalaga.es/eladarve/2008/11/15/el-zoquete/

miércoles, 8 de julio de 2009

Mateo y Robin Hood



Hay un fenómeno sociológico, inicialmente aplicado al ámbito de la investigación científica, que se denomina Efecto Mateo y que tiene como referencia la parábola de los talentos o del dinero, que se encuentra en el evangelio (Mateo 25: 14-30), de la cual se toma el versículo 29: "Porque al que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo poco que tiene se le quitará". Sería como decir que, establecidas ciertas condiciones de desigualdad de partida, los ricos serán cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, el rico obtiene riquezas y el pobre obtiene pobrezas en todos los sentidos (Robert L. Sternberg, 1988).

El Efecto Mateo fue descrito por Robert K. Merton en un artículo publicado con el título The Matthew Effect in Science, en 1968. Describe el fenómeno sociológico por el que se le presta mucha atención al científico de reconocido prestigio y, en comparación, muy poca atención, por contribuciones equivalentes, al científico no reconocido hasta el momento.

En educación el término Efecto Mateo fue adoptado por Keith Stanovich, psicólogo con labor investigadora en desórdenes en lectura y escritura. Dicho efecto podría definirse como la constatación de que los niños y niñas pertenecientes a contextos culturales ricos en los que las prácticas de lectura compartida en familia, antes de saber leer, les permite sacar un mejor rendimiento escolar de esas mismas prácticas en la escuela; mientras que los alumnos que no han tenido la oportunidad de beneficiarse de la lectura en voz alta, que no han escuchado cuentos, leyendas, narraciones, poesías... que, en suma, no han compartido lecturas en casa, tienen más dificultades en el colegio, y se benefician menos de su escolarización.

Por otra parte, quien ha pasado más tiempo en las aulas tiene más oportunidades que otro que no ha podido seguir una trayectoria académica. De nuevo el Efecto Mateo que, al multiplicar las oportunidades de los que más talentosos, sería el causante de extremas desigualdades, de una fuerte inequidad. La escuela, sin proponérselo, transforma las desigualdades sociales en inequidad en el acceso al conocimiento.

Benjamin S. Bloom predecía que si se tomasen a los alumnos de 4º y 5º básicos y se los siguiera hasta 4º medio, ellos tendrían casi los mismos puestos de aprendizajes logrados (notas educativas, puntajes, etc.). La paradoja es: ¿Cómo la educación que tiene que ver con cambios diarios en los aprendizajes de nuestros alumnos y futuros ciudadanos, es tan consistente y estable a una distancia de casi diez años? La educación produce, por el efecto Mateo, mayor inequidad que la equidad que dice sostener (“Egalitarian paradox in public school”, Emerson, 1979).

Cuántas veces los llamados "problemas de aprendizaje" encubren otro tipo de problemas relativos a contextos sociales desfavorables, pobreza, imposibilidad de acceso a bienes materiales o simbólicos de la cultura.

¿Cómo romper la tradicional y consistente relación entre nivel socioeconómico del alumno y su familia y los aprendizajes de tales alumnos?

El llamado Efecto Robin Hood educativo (ERHE) hace referencia al legendario héroe medieval inglés, que robaba a los ricos para entregar parte del botín a necesitados, menesterosos y oprimidos.

Este efecto implica:

a) Quebrar el efecto Mateo en educación;
b) Seleccionar el 2-5 % de los alumnos más talentosos;
c) “Robarles” tiempo a esos mismos alumnos;
d) Pasar ese tiempo, como variable esencial de los aprendizajes, vía metodologías diversas a los más lentos o menos talentosos, de acuerdo a sus personales necesidades de aprendizaje.

Para ello es necesario identificar bastante tiempo antes de sus posibles deserciones a los niños en riesgo (en especial niños con mucha deprivación social, económica y cultural, con necesidades educativas especiales, con desórdenes comportamentales, etc.), para ser tratados a tiempo.

domingo, 5 de julio de 2009

Mi hermanito de la luna

En un cortometraje animado realizado por Frédéric Philibert, su hija de 5 años cuenta desde su perspectiva y con una visión tremendamente realista y tierna a la vez, cómo es su hermanito con autismo.



Dice el director:
“Queríamos mostrar gráficamente el aislamiento de nuestro hijo, que vive a nuestro lado pero jamás verdaderamente con nosotros, como en una burbuja. Y a pesar de todo, no queríamos transmitir un mensaje que fuera triste, por ello nuestro hijo se sitúa en una burbuja de luz que puede ampliarse cuando su hermana consigue ponerse en contacto con él.
No es un juicio o una toma de posición, sino que con la realización de este corto tratamos de comprender a este pequeño y de explicar su vida tan próxima de nosotros. Queríamos hacer un corto sensible y sincero sobre un hermano diferente y la relación que tiene con su hermana".

miércoles, 1 de julio de 2009

Los olvidados

LOS HERMANOS

“Los hermanos, a partir del momento del enfrentamiento familiar con la discapacidad, son los menos atendidos dentro del grupo, hasta resultan postergados como consecuencia de las demandas de atención requeridas por el niño que tiene la limitación.
La mayoría de las veces los familiares consideran erróneamente que los hermanos tienen más recursos para afrentar solos todas las vicisitudes que se les presentan, sin embargo son, tal vez, los que más necesitan del apoyo de todos.
Los profesionales del campo de la rehabilitación también contribuyen a este descuido ya que, entrenados para la asistencia del discapacitado, lo ponen en el centro de la escena de la trama familiar y, muchas veces, a los padres los llenan de presiones y exigencias en torno a lo que ‘hay que cumplir’ para satisfacer las necesidades especiales de sólo uno de sus hijos, el discapacitado…
…Los padres, en cambio, cuentan con mayores oportunidades de ayuda y sostén por parte de distintos profesionales que asisten al niño con discapacidad. Por otro lado, es frecuente que se encuentren de manera informal (en salas de espera) o formal (grupos de padres) con otros padres que están viviendo situaciones similares y, de este modo, intercambien y compartan experiencias, se apoyen mutuamente y se beneficien de ello.
El hermano suele tener menos oportunidades de contacto con profesionales y de compartir con pares que atraviesan experiencias parecidas; así queda en una situación de mayor aislamiento y desamparo.”

* El no saber, las dudas, los temores y la incertidumbre por la falta de información
* La dificultad de los límites al hijo con discapacidad ¿qué sienten los hermanos?
* El enojo, los celos, la rivalidad y el sentimiento de injusticia están siempre presentes
* La presión por las responsabilidades y las exigencias
* El enriquecimiento personal y los aprendizajes que deja la experiencia

Este y otros temas se tratan en el excelente libro "Los hermanos de personas con discapacidad. Vivencias y apoyos", de
Blanca Nuñez y Luis Rodríguez, Lugar Editorial, 2009.

Cuenta con el testimonio de más de 220 hermanos, que cuentan sus experiencias dentro del ámbito familiar y fuera de él.
El objetivo central del libro es que sus destinatarios (padres y profesionales de la salud y la educación) puedan ir descubriendo a través de la lectura cuáles son los sentimientos, las necesidades, intereses, preocupaciones y las diferentes vicisitudes que viven los hermanos de las personas con discapacidad.

Este libro es reedición de “Los Hermanos de Personas con Discapacidad: Una Asignatura Pendiente”, editado en 2004 por
Asociación AMAR, con el apoyo de Fundación Telefónica.

La versión digital de esta edición se puede descargar en:
http://www.educared.org.ar/integrared/hermanos/index.asp

Para profundizar en el tema se puede consultar

http://www.pasoapaso.com.ve/CMS/index.php?option=com_content&task=category&sectionid=4&id=58&Itemid=329

http://gucchdgeorgetown.net/ucedd/documents/words/siblings_sp.pdf

http://www.asociacionamar.org.ar/2_Hermanos.php

Libros
http://www.asociacionamar.org.ar/blog/category/material-sugerido/